
Después de tanto tiempo, de tantas lágrimas, de tanta soledad. Una noche en la que caía la lluvia de una manera que nunca había visto, los rayos formaban luminosas telas de araña en cielo oscuro como el ébano y luego por supuesto, los truenos, su sonido era indescriptible.
De pronto escucho la puerta de mi casa en la cual, como hacia desde hace mucho tiempo estaba solo yo, al abrirla no supe que hacer o decir allí estabas tú, el agua caía de tu abrigo en pequeñas cascadas, tu cara mojada, estaba justo igual como la recodaba, estabas allí sin decir nada aunque... No hacia falta, tus ojos ámbar lo decían todo...
Mi corazón estaba saltando en mi pecho como nunca antes. Te hice pasar, al entrar cerraste la puerta tras de ti de una manera que yo recordaba muy bien, luego manera intempestuosa, como la lluvia que caía te abalanzaste sobre mi, dando me el beso mas dulce que en mi vida alguien me había dado, me quitaste la chaqueta negra que tu tan bien conocías, yo quite tu abrigo, besé tu pecho en el espacio que dejaba ver el escote de tu blusa, en un fugaz instante estábamos los dos, desnudos rumbo a mi habitación, te sentí como nunca antes....
Al caer en la cama, de mis ojos también caían lágrimas, lágrimas de alegría, de nostalgia, mi corazón seguía saltando en mi pecho como si en cualquier momento se fuese a salir...
De esa misma forma desperté, desperté del sueño mas hermoso que nunca he tenido, desperté mal diciendo, llorando, ¿por qué después de tanto tiempo aun te sigo extrañando aun... te sigo amando
